Este es mi primer año como mamá y, aunque soy nobel porque sólo tengo el carnet desde hace escasos 3 meses, tengo muy claro que la palabra mamá tiene implícitos mil sentimientos detrás. Nunca hubiese imaginado tener tanta paciencia (si estás viviendo lo mismo acuérdate que siempre te encontrarás a una madre al lado diciéndote: "¡y lo que te falta!" , pero tranquila, te acabas acostumbrando jajaja), a vivir sin tenerlo todo controlado y organizado, a saborear los momentos que vivo (el famoso aquí y ahora, slow life o como quieras decirlo) y sobre todo, a querer tanto incondicionalmente.
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Martín me enseña que cada segundo cuenta, que ahora te puede gustar una cosa pero la semana que viene otra, que avanzar es el objetivo y que hay mil formas de hacerlo, pero la tuya, aunque siempre estará cargada de dudas y miedos será la mejor forma porque lo harás con el corazón. Hay días en los que siento que la palabra mamá me queda grande, otros en los que siento que es demasiado pequeña para todo lo que esconde detrás, pero si hago un resumen de estos 3 meses, sólo puedo decir que soy feliz, tremendamente feliz y cansada a partes iguales, pero oye! que ya dormiremos cuando haga falta, ahora, es lo que toca y no lo cambio por nada.
Así que hoy, quiero hacer una pequeña selección de detalles para todas las madres del mundo porque no hace falta esperar a que nadie te regale nada, el mayor regalo ya lo tienes contigo (Sres. consortes, tampoco lo tomen al pie de la letra que a nadie le amarga un dulce), si te gusta algo, ¡a por ello! Cualquier detalle que te recuerde en tu día a día que eres madre es un gran detalle y vale la pena tenerlo cerca. Mimate, quierete, regalate lo quieras porque... mamá, te lo mereces todo.
